Sección 2

Datos que gritan la realidad

El futuro de la agricultura es femenino

Resulta esencial estimular a las mujeres rurales para que participen en la arena política. Un siglo después de introducir el sufragio femenino, las mujeres aún están infrarrepresentadas en los parlamentos alemanes.

Hay una cosa que debo dejar muy clara a los lectores desde el principio: en el plano personal he tenido muchos privilegios. Crecí en un país y en una época en los cuales los derechos de las mujeres ya no eran objeto de negociación. Sin embargo, actualmente, como en aquella época, queda mucho por hacer para garantizar que las mujeres puedan contribuir de la misma forma que los hombres en todos los ámbitos de la vida pública y ocupar cargos ejecutivos, así como para asegurar que no sean ellas, si no eligen otra opción, quienes deban renunciar a su carrera o asumir una doble carga extrema tan pronto como forman una familia. También en estos momentos la posición de las mujeres en nuestra sociedad puede ser considerada sumamente ejemplar: durante muchos años hemos tenido a la Dra. Angela Merkel a la cabeza de nuestro Gobierno.

La agricultura tiene diversas facetas: en muchos países puede simbolizar una ardua labor manual, mientras que en otros constituye una parte de la economía que está digitalizada y que utiliza tecnología de punta. Aunque en algunas regiones áridas del mundo los agricultores luchan por obtener cualquier producto a partir de los escasos recursos naturales disponibles, en otras regiones del planeta las cosechas parecen salir de la nada.

No obstante, a pesar de las diferencias fundamentales en cuanto a requerimientos como condiciones climáticas, tipos de cultivo y grado de tecnología en uso, la agricultura se presenta en forma similar en todas partes del mundo. Nos proporciona, a todos, la base de los alimentos que consumimos, condición sin la cual no sería posible nuestra existencia. Por consiguiente, no se trata de cualquier sector, sino de uno dedicado a la vida y a sus elementos esenciales.

Pero, ¿a quiénes nos referimos cuando hablamos de agricultura? ¿Quiénes están detrás de este término? En varias regiones de la Tierra la mayoría de los agricultores son mujeres. ¡Son principalmente mujeres las que alimentan al mundo!

Lamentablemente, su contribución no siempre se aprecia en la misma medida. En mi opinión, debemos dirigir nuestros esfuerzos a contrarrestar esta falta de conciencia y reconocimiento.

Las mujeres rurales de todo el mundo

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas, subraya acertadamente la trascendencia de la igualdad de género. No se trata solo de un fin en sí mismo, sino también de un principio rector global establecido en 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ningún país puede esperar un desarrollo exitoso si no incluye las capacidades, los conocimientos y la creatividad de la mitad de su sociedad. En términos económicos, esto constituye un intolerable desperdicio de recursos.

Con respecto a cómo nos vemos y tratamos unos a otros, la discriminación de la mujer en la sociedad es la señal de una estructura social obsoleta que necesita urgentemente una renovación. Nos corresponde a todos asegurar que estos cambios ocurran en nuestras propias sociedades. Este es uno de los motivos por los cuales mi Ministerio apoya a las mujeres que habitan en las zonas rurales y a las que se dedican a la agricultura.

Los hechos hablan por sí mismos.

Su función en la agricultura y las zonas rurales reviste una importancia mundial: las mujeres constituyen la piedra angular de nuestras zonas rurales.

De acuerdo con la Organización Mundial de Agricultores, en todo el mundo el 43 % de las personas que trabaja en la agricultura son mujeres, mientras que en algunos países hasta el 70 % de la mano de obra agrícola es femenina. Ellas son las responsables de entre el 60 % y el 80 % de la producción mundial de alimentos.

En varios países, industrializados o en desarrollo, las mujeres rurales se ven afectadas también por la pobreza, la desigualdad e insuficientes oportunidades de educación, debido a lo cual suelen enfrentar escasas posibilidades de vivir y prosperar en estas zonas.

Sin embargo, son principalmente las generaciones más jóvenes las que luchan por una vida mejor en el país: las jóvenes rurales, quienes muestran gran entusiasmo y pasión por mejorar las condiciones de vida de las zonas rurales, no solo garantizarán que estas sigan siendo zonas viables para vivir, sino también que sus regiones continúen siendo atractivas y dinámicas.

Las mujeres rurales de Alemania

En casi todas las fincas de Alemania hay mujeres trabajadoras. Según los datos más recientes, cerca de 341.000 mujeres realizan actividades en el sector agropecuario. No obstante, en 2016, solo el 9 % de los 276.000 administradores de fincas del país eran mujeres. De acuerdo con una encuesta efectuada a 514 trabajadoras agrícolas de entre 18 y 39 años de edad, 25 % de ellas eran empleadas a tiempo completo o parcial en las fincas, mientras que solo el 29 % eran trabajadoras independientes. La mayoría, aproximadamente el 40 %, afirmó que trabajaba sin contrato. Asimismo, se comprobó que eran trabajadoras calificadas, ya que casi el 68 % había completado cursos de formación vocacional, el 29 % había realizado estudios universitarios en ciencias agrícolas y el 22 % había recibido capacitación empresarial.

El 90 % de las encuestadas laboraba en empresas familiares y la tercera parte de ellas trabajaba más de 40 horas por semana en la finca.

Durante su jornada, el 67 % de las entrevistadas dedicaba su tiempo a cuidar a los animales, el 62 % realizaba trabajo de oficina y el 43 % efectuaba labores de gestión operativa. Un número mucho menor de ellas trabajaba en el campo (casi el 24 %), el 14 % trabajaba en relaciones públicas y el 12 % llevaba a cabo actividades relativas a ventas directas de productos agrícolas.

El 53 % de las mujeres afirmó que tomaba decisiones de negocios junto con su pareja. A aproximadamente el 29 % de ellas se les consultaba durante la toma de decisiones, pero su compañero tenía la última palabra. Finalmente, cerca del 10 % no ejercía influencia alguna en el futuro de la finca donde vivía y trabajaba. Solo el 8 % expresó que ellas solas tomaban las decisiones empresariales en torno a la finca.

Permítanme expresar el significado de estos datos en términos de la cotidianidad de las mujeres en la agricultura:

La mayor parte de estas mujeres ha recibido alguna forma de capacitación agrícola y más de la mitad posee un título universitario en ciencias agrícolas o administración de empresas. La mayoría trabaja a tiempo completo. Un porcentaje significativo de ellas lleva a cabo labores de gestión operativa. Entonces, ¿qué tipo de reconocimiento, remuneración y poder de toma de decisiones pueden esperar estas mujeres? Se trata de trabajadoras familiares, que solo aparecen en las estadísticas como “las esposas de los propietarios de las explotaciones agrícolas”. En numerosos casos carecen de un contrato de trabajo, mientras que su seguridad social depende de su condición de cónyuges de los productores. A pesar de que muchas de ellas desempeñan funciones de gestión operativa, no son capaces de tomar sus propias decisiones acerca del futuro de la finca.

Ello presenta una imagen bastante anticuada de la vida agrícola. Parece que la igualdad de género aún no se ha arraigado totalmente en muchas fincas. Esta situación debe cambiar. La agricultura no es un ámbito exclusivamente masculino; nunca lo ha sido ni lo será. De hecho, muchas mujeres suelen laborar en explotaciones agrícolas, además de tener otro trabajo. Administran el hogar, crían a sus hijos y cuidan de sus padres ancianos. En muchos casos se desempeñan también como voluntarias en clubes y organizaciones o toman parte en la política en el plano gubernamental local. Ellas contribuyen a configurar nuestra cohesión social y a definir la manera en que vivimos en el campo.

Organizaciones y redes de mujeres rurales

Estas jóvenes productoras han elegido una vida en la que deben anteponer las necesidades de los demás. Su vida cotidiana es considerablemente diferente de la de las madres de nuestras ciudades, quienes con frecuencia dejan a sus hijos en la guardería, para irse corriendo a su próxima reunión o conferencia de negocios. También en la finca las mujeres están muy ocupadas. Ya no aceptan su situación; más bien, organizan eventos y reuniones, establecen redes y se apoyan unas a las otras. La LandFrauenverband (Asociación Alemana de Mujeres Rurales), un buen ejemplo de dichas redes, se dedica a mejorar las vidas de estas mujeres, aborda cuestiones relativas a ellas y las anima a participar en este trabajo.

Las mujeres rurales y su papel de emprendedoras

Poner en marcha una empresa abre nuevas puertas a las mujeres de las zonas rurales, debido a lo cual la LandFrauverband respalda la iniciativa de brindarles asistencia para que, mediante el establecimiento de un negocio, generen sus propios medios de vida. Esto ofrece a las mujeres con un alto nivel educativo oportunidades para permanecer en estas zonas y, por consiguiente, mejorar su infraestructura. Asimismo, puede constituir un paso hacia su independencia financiera y una posibilidad de poner en práctica el principio de igualdad de retribución. Adicionalmente, las empleadoras sirven de modelo a imitar.

Las mujeres rurales en el ámbito de la política

También resulta esencial estimularlas a las mujeres rurales para que participen en la arena política. La paridad entre mujeres y hombres en el parlamento es una norma que nos hemos fijado a nosotros mismos.

Aproximadamente 100 años después de la introducción del sufragio femenino, las mujeres aún están infrarrepresentadas en los parlamentos alemanes, lo que también se aplica a cargos municipales. Un ejemplo de ello es el puesto de administrador de distrito, el de más alto rango en dicha unidad administrativa. De los 294 funcionarios electos, 28 son mujeres, lo que representa el 9.5 % . Desde hace mucho tiempo el porcentaje de mujeres que ocupan puestos o plazas en la política municipal, los organismos administrativos rurales, los consejos de supervisión y los comités de cogestión en la estructura de autogobierno de las instituciones de seguridad social ha dejado de crecer. Por lo tanto, la LandFrauenverband presentó una campaña denominada Frauen!Wählen (¡Las mujeres votan!), con el objetivo de incrementar considerablemente el porcentaje de estas en las juntas administrativas y los consejos de administración y supervisión de las empresas estatutarias alemanas de seguros de salud, accidentes y pensiones, ya que las decisiones que se toman en estos comités tienen un enorme impacto en la vida de los asegurados. Las mujeres deben influir en estas decisiones.

El dinamismo de las zonas rurales: un motivo para que sus habitantes permanezcan en ellas

Para garantizar que las habitantes de las zonas rurales tomen parte en la vida pública, debemos proporcionarles servicios de guardería seguros e infraestructura de comunicación digital confiable. Estos aspectos, unidos intrínsecamente, son la plataforma que les permitirá participar en los asuntos políticos de dichas zonas.

Necesitamos personas que se preocupen, que asuman responsabilidades, que se involucren y que aborden los problemas que requieren nuestra atención. Necesitamos individuos interesados en una causa y comprometidos con ella y que deseen compartir sus conocimientos. La contribución de agentes de la sociedad civil es tan importante como los servicios públicos en funcionamiento y el fortalecimiento económico de una región. Una y otra vez hemos oído acerca de la importancia de las alianzas trisectoriales, por lo que debemos prestar la misma atención al Estado, los mercados y la sociedad civil. Ya es hora de adoptar medidas de políticas que estimulen el establecimiento de una sólida comunidad social en el plano municipal, a fin de fortalecer el dinamismo de las zonas rurales.

El trabajo voluntario en las zonas rurales El voluntariado constituye una actividad importante de los pueblos dinámicos. Más de 30 millones de ciudadanos alemanes toman parte en diferentes formas de este trabajo —desde la participación individual en actividades locales, hasta la labor voluntaria en clubes, iglesias, iniciativas de trabajo social, brigadas de bomberos, grupos de intereses políticos y profesionales y parlamentos municipales. En particular, las Landfrauen (mujeres rurales) suelen ser voluntarias activas. Para mantener y ampliar estas estructuras, debemos respaldar a las voluntarias con empleados a tiempo completo que fomenten las conexiones entre la sociedad civil y la política municipal y que reconozcan y valoren el trabajo de estas mujeres.

Esta cooperación seguirá prosperando si se valora apropiadamente.

La igualdad de género como uno de los objetivos del financiamiento de las zonas rurales

La igualdad entre hombres y mujeres es un derecho fundamental reconocido. De acuerdo con la legislación europea, todo financiamiento y programa de ayuda debe promover dicho derecho.

Por lo tanto, debe ser nuestro objetivo mejorar la calidad de vida y las condiciones de trabajo de todas las mujeres de las zonas rurales. En este sentido, el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) constituye un instrumento clave de financiamiento.

Entre los programas de financiamiento de largo plazo creados a partir del FEADER se incluyen varios que han ayudado a proporcionar una mejor infraestructura a las mujeres. Solo a través de este tipo de enfoque podemos asegurar una participación más igualitaria entre mujeres y hombres en todos los niveles de los programas individuales. Los fines de estos programas en las zonas rurales son diversos, por ejemplo, incrementar el porcentaje de mujeres empleadas en el sector, brindar asistencia para el establecimiento de estructuras de cooperación y organizar campañas de igualdad de género. Deseamos utilizar distintas medidas de financiamiento para mejorar la infraestructura que requieren las mujeres de todas las edades y sus familias, reducir el éxodo rural y crear incentivos para que las personas regresen a las zonas rurales.

El estudio sobre mujeres rurales que llevó a cabo mi Ministerio

Se supone que la política debe estar al servicio de los ciudadanos, por lo que no debe ignorarlos ni pasar por alto sus necesidades. Con frecuencia me pregunto ¿cómo es realmente la vida de las agricultoras de Alemania? ¿Cómo es su rutina diaria? ¿Cuáles son sus condiciones de vida y de trabajo? ¿Qué posibilidades tienen de seguir desarrollándose? ¿Cómo pueden continuar con su educación, iniciar procesos de crecimiento y generar su éxito personal?

También me pregunto ¿cómo la vida de las mujeres rurales se ve afectada por la transformación que tiene lugar en la agricultura y la sociedad?

Debemos realizar una búsqueda más profunda de las respuestas a estas preguntas. Solo entonces sabremos qué nos falta exactamente y hallaremos soluciones adaptadas que hagan la vida en el campo más atractiva y fácil para las mujeres rurales.

Es por lo anterior que mi Ministerio está invirtiendo medio millón de euros en un estudio, mediante el cual se recolectarán, registrarán y evaluarán todos estos aspectos e iniciativas. Ello nos proporcionará una base científica sobre la cual sabremos cómo promover y apoyar mejor a las mujeres en la agricultura. Además, nos permitirá sondear nuevas posibilidades y preparar el camino para su futuro aprovechamiento. Este estudio presentará un marco verificable de cifras y datos que me brindarán información para adoptar las medidas políticas requeridas. Durante un período de tres años se entrevistará a más de 30 000 mujeres del sector agrícola y se analizarán sus respuestas.

Ello requerirá una visión diferenciada de los desafíos que enfrentan y las cargas que llevan. Mi objetivo es aumentar la visibilidad del compromiso de estas mujeres con las zonas rurales y fomentar el gran potencial para la innovación en este ámbito.

Nuestras zonas rurales constituyen los motores de nuestro país, y las mujeres del campo son la fuerza que las impulsa.

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Josette Altmann Borbón • Pobreza e inserción productiva de las mujeres rurales Julia Klöckner

Ministra de Alimentación y Agricultura de la República Federal de Alemania